EL PUNTO DE PARTIDA
El artículo del profesor Carballo me ha
resultado muy interesante en cuanto cuál ha de ser el punto de partida para una
adecuada gestión de una institución.
Todo comienza con el itinerario,
se trata de un esquema general de todo lo que hay que hacer. Son muchas las
organizaciones y empresas mal gestionadas, entre los orígenes se encuentra el
no haber organizado de antemano los pasos a seguir.
El profesor nos comenta que uno de los
obstáculos más frecuentes que impiden que se siga el itinerario estructural es
la implantación de sistemas, son necesarios pero es obvio que si son
excesivamente rígidos, llegan a obstaculizar el progreso personal, grupal e
institucional.
En todo itinerario se necesita:
1.
Información, cuanto más veraz y correcta mejor.
2.
Analizar esa información.
3.
Marcar un objetivo y a partir de ahí planificar las acciones.
Comparto con el profesor la idea de que
hay empresas que evitan las fases intermedias, evitando el pensamiento del
capital humano.
La fase de análisis hay que afrontarla teniendo en cuenta que nuestra capacidad de análisis es limitada, por lo que mejor no ponerle obstáculos como la ambigüedad institucional.
En definitiva si somos limitados para
informar, para recibir información, para analizarla y planificarla, también lo
somos para ejecutarla, la acción.
Totalmente de acuerdo cuando en el
artículo se dice que la institución tiene la tendencia a crear culpables más
que responsables; teniendo en cuenta que en la gran mayoría de las ocasiones,
la asignación de responsables no queda suficientemente clara. En mi opinión
dentro de una empresa se debería fomentar un entorno cooperativo y grupal entre
los distintos departamentos o comités. La competencia que se suele generar
entre ellos crea un ambiente de trabajo negativo entre el capital humano.
Para afrontar las dificultades
planteadas estoy de acuerdo en lo importante que es aceptar nuestras
limitaciones, asumiendo la culpabilidad
de nuestras limitaciones y de nuestros errores.
Para afrontar los obstáculos de toda
organización hay que:
1.
Trabajar en el aquí y ahora. Hay que analizar el día a día.
2.
Pensar en el otro, en
la empresa, en el cliente. Ponernos como usuarios de nuestro producto o servicio,
como clientes de la sociedad; pensar en el prójimo.
Finalmente el autor del artículo
subraya la importancia del entorno del ambiente. Coincido con esta postura,
para mejorar el rendimiento de cada persona hay que valorarla y confiar en el
puesto que desempeña. Fomentar el trabajo cooperativo y grupal hará que cada
una de las personas trabaje más a gusto con el consecuente beneficio
empresarial.
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